A menos que vivas debajo de una cueva y no tengas acceso a las redes sociales, seguramente estás familiarizado con el “Síndrome del niño Rata”, esta curiosa forma de llamar a todos esos niños y adolescentes aficionados a los juegos online, especialmente a los shooters, se hizo recientemente muy popular, gracias al meme de Bart Simpson.
A estas alturas nos queda bastante claro qué es un “Niño-Rata”, pero la pregunta importante sigue en el aire: ¿Cómo nace un “Niño Rata”? ¿Qué circunstancias y variables están involucradas para que un niño cualquiera se transforme en estos especímenes tan señalados y criticados?
La respuesta obvia es culpar a los padres de estos angelitos, pero también es la respuesta más sencilla. Tomando en cuenta que este “síndrome” es un problema de conducta, sin duda alguna los padres tienen una responsabilidad gigantesca, pero este problema va más allá de un asunto de supervisión paterna.
Este tipo jugadores no son algo nuevo, sus orígenes se remontan al inicio mismo de los juegos multiplayer, alcanzando notabilidad en las arcadias. Con la llegada del modo de juego online su presencia se fortaleció gracias al preciado “anonimato” y distancia que tanto les sirve para protegerse y dar rienda suelta a su chillona y filosa lengua.
Esto nos lleva a un punto importante, si estos adolescentes furiosos de atención, violentos, camperos e imprudentes existen como los conocemos hoy desde hace al menos 10 años, es muy probable que alguien de tu grupo de amigos o conocidos era un “Niño-Rata” y si no conociste a alguien así, probablemente TÚ lo eras.
Es entonces cuando la respuesta a ese ¿de dónde vienen? se vuelve incómoda; fuimos nosotros. Desde luego que existen muchos aspectos involucrados, la educación en casa, el círculo de amigos, la cultura digital en la que vivimos inmersos, y desde luego, ese monstruo de mil cabezas que amamos y odiamos al mismo tiempo: la industria. Pero la principal culpa la tiene nuestra generación, porque somos quienes hemos permitido y alentado a este tipo de “gamers”.
Como jugadores veteranos y con una perspectiva más “madura” (énfasis en las comillas… sabemos que esto no es necesariamente cierto) tendríamos que detener estas acciones, que solo alientan a los menores de edad a comprar y jugar títulos que no fueron pensados para ellos
Hay un Niño-Rata en cada uno de nosotros
Podemos quejarnos cuanto queramos de ellos, pero la verdad es que gran parte de la responsabilidad es nuestra, pues somos los “hermanos” mayores de esta generación de imprudentes y molestos jugadores. ¿Acaso no recuerdas que tú ansiabas jugar lo que todos estaban jugando?
Siendo justos, el hype que se crea alrededor de juegos como Call of Duty, Grand Theft Auto, Halo, Battlefield y otros (obvio todos clasificación M) es el que más alienta el deseo de los niño-rata de jugarlo. Querer ser parte de ello y ser buenos en ello los arroja a adquirir este síndrome.
La proliferación de videos en YouTube, los memes, los comentarios y las gigantescas comunidades de jugadores ya “grandecitos” en donde se vive una competencia muchas veces más inmadura incluso que la de estos chavos, es un cúmulo gigante que tiene como obvio resultado que los niños se interesen por entrar en ello.
Todos conocemos a esos malos perdedores, pésimos ganadores, fanboys y jugadores obsesionados con “ownear for the lulz”, todos hemos sido participes de esto alguna vez, ¿que nos hace diferentes entonces? ¿la edad?. Así es, el simple hecho de ser mayores de edad, parece ser suficiente para salvarse del estereotipo, por algo no se llaman “chavos-rata” o “adulto-joven-rata” y esto es una actitud nefasta, no solo es segregación, es una forma de discriminación absurda.
Hay una etapa de la adolescencia donde no queremos sentirnos niños y queremos ser partícipes de ese “mundo prohibido” para los menores. Todos pasamos por ahí, no importa en qué ámbito lo relaciones. Por eso toda la vida han existido menores de edad comprando pornografía, falsificando identificaciones, bebiendo, fumando o adquiriendo juegos de clasificación “Mature”. Nuestra responsabilidad es no alentar ese deseo, cuántas veces la comunidad gamer ha despreciado algun juego por ser “infantil”. Son precisamente este tipo de vicios provenientes de nuestra generación los que nos han llevado hasta donde estamos.
Nosotros tuvimos la ventaja de crecer lado a lado de la tecnología y la industria, nos tocó jugar en 16 y 8 bits, disfrutamos de la imaginación de los programadores para compensar las limitaciones técnicas.
Esta generación, la de los Niños-rata, no tiene eso, no sabe por qué Mario es tan popular, y por qué BattleToads era un juego hardcore, ellos están creciendo con Halo, con Saints Row, juegos que a nosotros nos llegaron cuando ya teníamos la (supuesta) madurez para enfrentarnos a ellos.
Sería muy fácil acusar entonces a la industria, pero la verdad es que la industria solo está respondiendo a lo que nosotros consumimos y pedimos, en toda nuestra emoción por gráficos realistas e historias crudas, se nos olvidó que para bien o mal, tenemos una responsabilidad con las generaciones que vienen detrás de nosotros, y no necesitas ser padre o hermano mayor para eso.
Nuestras pequeñas acciones de alguna forma egoístas, nos han conducido hasta este punto, y ahora sufrimos las consecuencias, que podrán no parecernos graves, pero piensa ¿es este tipo de jugadores los que queremos que hereden el mundo?
¿QUE HACER EN CASO DE NIÑO RATA?
¿Tienes un Niño-Rata en tu familia o grupo de amigos?
º Después de identificarlo, tienes que acercarte a él y recordar que lo que estos chavos buscan es atención, y muchas veces les falta una guía adecuada. No quiero decir que no sepan nada de videojuegos, pero es posible que si te acercas y les muestras, de forma paciente y amable, todo el mundo de juegos del que se están privando por aferrarse a los shooters.
º Sé paciente, recuerda que tú tuviste esa tierna, vulnerable y estúpida edad, recuerda que tú mismo fuiste (si no es que sigues siendo) impertinente, fanfarrón y te sentías super cool…
º Si no lo evitas, no lo facilites, recuerda que el Niño-Rata de hoy es el jugador “malacopa” de mañana, esos malos perdedores sabelotodos que a nadie le gustan.
º No veas sus videos en Youtube, ya sabes de qué van. No le comentes, no te pelees con ellos, porque nunca ganarás y solo te rebajarás a una discusión tonta y sin sentido.
º Si el Niño-Rata en cuestión, no es ni tu amigo o tu familiar, lo mejor que puedes hacer es alejarte, y NO JUGAR con él, recuerda que al ignorarlos, los aíslas a jugar solo con sus similares, y eventualmente se aburren.
¡No alimentes al Troll!
Este singular problema no va a extinguirse, pero puede controlarse y sobre todo puedes evitarte la molestia de jugar con personas así. Todos somos libres de jugar de la forma que queramos, eso es cierto, pero por más que te cause gracia, alentar estos comportamientos a la larga trae consecuencias más negativas que no valen las risas del momento.
Dotaweb está a favor de un ambiente sano y divertido para todos, a nadie le gusta un mal jugador, y el Niño-Rata tiene el potencial de arruinar la experiencia de grandes títulos que tienen su fuerte en el multiplayer online. Así que ya lo sabes, fuiste parte del problema, ahora sé parte de la solución.
